- Capítulo 3 - Querer es poder
LA RUBIA Y EL IMBÉCIL.
Una vez
llegamos a la casa de Rafa, mamá estaba sentada, con las dos hijas de él, y
Rafa estaba preparando la cena como buen anfitrión, aunque no había rastro del
chico.
Rafa nos dio la bienvenida, nos presentó a Rosi y a Nayara, y nos llevó
hasta nuestras habitaciones, para que deshagamos las maletas mientras que hace
la cena y esperamos a su otro hijo.
Mi habitación es impresionante, es toda de
color blanco, dice Rafa, que como sabe que me gusta pintar, puedo decorarla
como quiera, es tipo mural, hay un vestidor enorme lleno de ropa y zapatos, un
rincón donde hay un sofá y una tele, tipo chill-out, el escritorio con vistas
al campo, y un cuarto de baño.
No me lo puedo ni creer, es la habitación que
toda chica desearía tener.
Toc
toc
Nayara va
corriendo a abrir la puerta, y aparece por fin Manu. Menos mal que te compré un
iPhone de esos para poder localizarte, ahora mismo le das la bienvenida a Sara
y a sus hijos que están arriba, ¡Vamos! –Le dice Rafa enfadado-
Manu
saluda a Sara. Y sube las escaleras, no tiene pinta de que le apetezca
conocerlos, primero entra en la habitación de Marcos, la verdad que Marcos le
ha caído bien, él cree que serán buenos amigos, y va a ver a su otra nueva
hermana.
Yo decido
ir a ver a Marcos, para ver si está mejor, pero cuando voy a abrir, la puerta
me golpea la cabeza.
Ali: ¡AH!
Manu:
Ostia, lo sient…
- Manu mira fijamente a Ali, no se lo puede creer, es la chica
que le llamó la atención en el parque-
Ali:
¿Sabes lo que es llamar a la puerta? Ayúdame al menos ¿No?
En cuanto
levanto la cabeza y veo a ese imbécil del parque… La rabia y la sorpresa, me
disimula el dolor del golpe.
Ali: No
puede ser, lo que me faltaba.
Manu: Eh,
te relajas.
Ali:
Encima que por tu culpa me entra el tío ese del parque, que me pegas un portazo
en la cabeza y que ni si quiera me ayudas a levantarme, ¿Me dices que me
relaje?
Manu: Eh,
que ese tío es mi amigo.
Ali: Así
estas tú.
Manu: Amiga,
no te pases.
Ali: No
perdona, yo no soy tu amiga.
Manu:
Bueno, perdóneme usted rubia, pero ahora va a tener que levantar su refinado
trasero del suelo usted solita.
Ali:
¿Rubia? ¿Refinada? Para ti, Alicia.
Manu: ¿Alicia?
Pues vaya.
Ali:
¿Algún problema? ¿Haber cuál es el tuyo?
Manu: Muy
rápido vas tu rubia.
Ali:
Imbécil.
Manu: Señor
imbécil, para ti.
Ali: Manu,
te llamas Manu.
Manu: ¿Ahora
las rubias aparte de tontas, adivinas?
Ali: El
único tonto que hay aquí eres tú, en el parque lo ha dicho tu querido amigo.
Manu: Te
has quedado con mi nombre eh, pero lo siento, no salgo con chicas tan
refinadas, no eres mi tipo.
Ali: ¿Y quién
te ha dicho a ti que yo quiera salir contigo?
Manu: La
forma en la que me miras. Además, todas quieren salir con Manu.
Ali: Menos
la rubia refinada.
Manu:
Bueno, eso ya se verá, tiempo al tiempo. Que disfrute de su estancia aquí
espero que no le importe el no haberle puesto una chocolatina en la almohada.
¡Impresionante!
No he conocido persona más repelente que él, ¿Pero que se cree? ¡Que daño me ha
hecho! Me da a mí que él y yo nos vamos a llevar muy bien...
Marcos sale de la
habitación y en cuanto ve que estoy en el suelo viene a por mí y me ayuda a
levantarme, eso es un chico como Dios manda.
Y pensar que voy a tener que verle
todos los días, menos mal que no tiene mi edad y no iremos a la misma clase,
porque si no… Aunque con lo estúpido que es seguro que ha repetido.
La cena no
fue tan mal como el recibimiento, estuvieron contando alguna que otra anécdota
y lo que le gusta hacer a cada uno, menos Manu, el más bien no estaba ni
mirando la mesa, yo notaba a mamá contenta, hacía tiempo que no le veía sonreír
tanto como cuando estaba papá, y Marcos tampoco estaba tan mal como me creía
que estaría, a pesar de todo, esto puede que no salga del todo mal.
Me encanta tu novela siguela :)
ResponderEliminarPuedes seguir mi blog y así saber cuando subo los capítulos, muchas gracias, me alegro :)
EliminarMe encanta!@blogjoanamireia
ResponderEliminarMe alegro y muchas gracias :)
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