Capítulo 27
¿Les miento o les cuento toda la verdad? No se que es lo que tengo que hacer, si les cuento la verdad, Manu irá a por Raúl, y Marcos... bueno no estoy muy segura de cual sería la reacción de Marcos puesto que sigue sin reconocerme, puede que se preocupe un poco por compasión más que nada, o que ni si quiera se moleste en averiguar nada más.
Al día siguiente
Sé que a Marcos ayer no le convenció mi explicación, supongo que notaría mi falta de imaginación y rapidez al inventarme las escusas, ya que al marcharse seguía con la misma cara de preocupación, o peor aún, que cuando había entrado.
No quiero que se quede intranquilo, a sí que para compensarle hoy me he levantado un poco antes y he preparado un desayuno para llevárselo a la cama y así charlar un rato con él, y que se quede más tranquilo. De paso, recordarle cosas de nuestro pasado, e intentar que me recuerde un poquito aunque sea.
Una vez acabo de prepararlo todo lo pongo en una de las bandejas que hay en la cocina y me dispongo a subírselo a la habitación, pero cuando estoy apunto de llegar, la puerta de la habitación de Manu se abre de golpe.
- ¿Me tienes manía? Casi vuelves a darme con la puerta. Mira que si se me llega a caer la bandeja por tu culpa.
- Buenos días a ti también Ali.
- ¿Me dejas pasar por favor? Esto pesa y al final se me caerá.
- Tranquila, pero yo creo que es mejor que nos lo tomemos abajo ¿No?
- ¿Y quién te ha dicho que esto sea para ti?
- Hombre, me lo debes ¿No?
- ¿Yo?
- Claro, te llevé el mejor desayuno de tu vida a la cama ¿O es que ya no te acuerdas?
- Sí Manu, sí que me acuerdo. Pero no se si tu te acordarás de que me dejaste plantada la noche de antes.
- Que rencorosa eres Ali.
En ese mismo instante un ruido muy extraño hace que se me pongan los pelos de punta y que Manu se gire de golpe mirando con temor hacía la habitación de la que proviene, la de Marcos.
- ¿Has oído eso? Ha sonado como si algo se cayese al suelo.
- ¡Marcos!
- Vamos Ali, sea lo que sea.
En ese momento Raúl ha subido a por sus cosas y entra en la habitación para despedirse. Justo cuando se va, me doy cuenta que lo mejor será mentir, y seguir manteniendo lo en secreto.
- No pasa nada, Raúl solo quiere que Hugo y yo volvamos a estar juntos porque se ve que se llevan mejor de lo que nos esperábamos, nada más.
- Vale, ¿Y el pen que tienes que robarle a mi padre?
- ¿El pen? - En ese momento no se me ocurría nada que pudiese encubrir eso, y notaba como se me trababa la lengua e intentaba evitar la mirada de Manu y Marcos. - Raúl me ha dicho que es suyo y que se lo dejó porque quería que le corrigiese unas cosas para la universidad pero que se equivocó y que en vez de darle el del trabajo le dio el suyo personal, y como se va, me ha pedido que se lo quite antes de que lo vea porque no quiere que vea lo que hay dentro.
- ¿Enserio? A saber que tendrá ahí metido mi querido cuñado.
- Nos tenias preocupados. Creíamos que te amenazaba.
¡Estaba preocupado! ¡Marcos estaba preocupado por mí! Puede que empiece a acordarse un poco más de mí, o al menos me esté volviendo a coger cariño.
Que trola les acabo de soltar, pero no puedo preocuparles, si Raúl se llega a enterar de que les cuento algo... sería como cavar mi propia tumba, o la de Marcos, después de todo, me espero cualquier cosa de Raúl, ya nada puede sorprenderme.
Al día siguiente
Sé que a Marcos ayer no le convenció mi explicación, supongo que notaría mi falta de imaginación y rapidez al inventarme las escusas, ya que al marcharse seguía con la misma cara de preocupación, o peor aún, que cuando había entrado.
No quiero que se quede intranquilo, a sí que para compensarle hoy me he levantado un poco antes y he preparado un desayuno para llevárselo a la cama y así charlar un rato con él, y que se quede más tranquilo. De paso, recordarle cosas de nuestro pasado, e intentar que me recuerde un poquito aunque sea.
Una vez acabo de prepararlo todo lo pongo en una de las bandejas que hay en la cocina y me dispongo a subírselo a la habitación, pero cuando estoy apunto de llegar, la puerta de la habitación de Manu se abre de golpe.
- ¿Me tienes manía? Casi vuelves a darme con la puerta. Mira que si se me llega a caer la bandeja por tu culpa.
- Buenos días a ti también Ali.
- ¿Me dejas pasar por favor? Esto pesa y al final se me caerá.
- Tranquila, pero yo creo que es mejor que nos lo tomemos abajo ¿No?
- ¿Y quién te ha dicho que esto sea para ti?
- Hombre, me lo debes ¿No?
- ¿Yo?
- Claro, te llevé el mejor desayuno de tu vida a la cama ¿O es que ya no te acuerdas?
- Sí Manu, sí que me acuerdo. Pero no se si tu te acordarás de que me dejaste plantada la noche de antes.
- Que rencorosa eres Ali.
En ese mismo instante un ruido muy extraño hace que se me pongan los pelos de punta y que Manu se gire de golpe mirando con temor hacía la habitación de la que proviene, la de Marcos.
- ¿Has oído eso? Ha sonado como si algo se cayese al suelo.
- ¡Marcos!
Buenas tardes, te he nominado al premio "Me quedo contigo", en el post encontrarás toda la información, un saludo
ResponderEliminarhttp://scrapitmalaga.blogspot.com.es/
Hola, te he nominado para los premios Black Wolf Blogger Award, un premio que se da entre bloggeros reconociendo la calidad y el trabajo de otros compañeros.
ResponderEliminarUn saludo.